16 abr 2013

Cuando perdemos a alguien, aunque sea durante un tiempo, es insoportable. Nuestro corazón grita, llora y ruega piedad. Pero, no podemos hacer nada.
Ante la impotencia que crece en el interior, tu cuerpo no reacciona con nada más que con fuego. Tu piel arde, se abrasa bajo esta...
Pero, si cada vez que perdiéramos a alguien nuestro cuerpo reacciona así, al final ¿Acabaríamos carbonizados no?  Puede, tan solo puede, que ese sea nuestro destino. Morir carbonizado por el simple echo de ver marchar a la gente a la que más apreciamos, o simplemente a aquella que te ha causado simpatía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes algunda duda?¿Quieres dar tu opinión? ¡Deja tu comentario! No muerdo ;)