21 abr 2014

34. Lyss

- ¿Lyss?
La dueña de la dulce y familiar voz me coge por los hombros y me zarandea, intentando que abra los ojos, o por lo menos que despierte.
- ¿Hmm?
-  Lyss, ¿estás bien?
- Sí... Sí, estoy bien.- digo entreabriéndolos.
Noto el suelo frio contra mi piel, helando cada una de las partes de mi cuerpo que lo tocan. Apoyo una mano en él e intento levantarme, poco a poco. Me pongo en pie, aun algo agazapada. Los músculos de las piernas están tirantes y me cuesta ponerme bien. Apenas veo, la mirada se me ha tornado negra, así que me agarro a su brazo con fuerza, para no caerme.
- ¿Estás bien?- vuelve a repetirme, preocupada.
Asiento y empiezo a enfocar, aunque me cuesta. Es Tyra, que esta vez no había venido a entrenar
- ¿Qué ha pasado?
- Nada, creo que simplemente estaba tan agotada que me senté y me quedé dormida, sin más. Así que, tranquila. Gracias por preocuparte.
- Llevas aquí dos horas...
- ¿¡Y el memo del vanirio ese no ha venido a ver si me pasaba algo!? ¡¡En cuanto le vea se quedará sin brazos, capullo!!
- No, no ha venido, es lerdo. Ya lo sabes, pequeña. Bueno, me alegro de que estés bien. ¿Necesitas ayuda con algo?
- No, me doy una ducha rápida y salgo.
- Tyra se va, así que empiezo a quitar la ropa, la doblo y la meto en una bolsa. Me recojo el pelo con una pinza y entro.
Empiezo a mojarme, para que el jabón sea mucho más espumoso. Empiezo por los hombros, los brazos, las piernas, y subo por la cintura, la entrepierna y... Uff, todo ha sido demasiado real, tanto que hasta lo echo en falta saber como habría sido.
Tarareo la misma canción que en el sueño, intentando evadirme de todo aquello.
- ¿Colmillitos?
- ¿Eiliv?- digo extrañada.- ¿Qué haces tu aquí?
- Me ha dicho Ty que te habías quedado dormida y eso.. Bueno... Siento no haber venido a ver si te había ocurrido algo, he sido un irresponsable.
- Es impresionante, llevas una temporada que no te reconozco.
- No soy como crees, Lissy.- dice acercándose a la mampara de la ducha, posando una de sus manos sobre ella.- Puedes confiar en mi.
Durante un pequeño instante, dudo, ¿realmente puede no ser como creo? Tal vez, pero no ha demostrado lo contrario.
- No me fio de ti. No quiero nada contigo. No, gracias. Somos compañeros de grupo, y ya esta, nada más.- digo reacia a él, afectada por el sueño que había tenido.
- Yo... Bah, me voy. Espero que acabes bien, y no te desnuques, sino, serías tu la Barbie.- suelta un chasquido con la lengua.- Por cierto... Erik me ha hecho llegar una nota para ti. Amish os ha convocado debajo del árbol a todos los einherjars y valkyrias. A las siete. Se puntual, anda.
- Vale... Gracias.
Me siento la peor persona del mundo, se me ha hecho un nudo en la garganta y me duele respirar. No me gusta haberle hecho daño a Eiliv.
- Colmillos, lo siento...- susurro.
- No pasa nada, princesa de los hielos.- me contesta.
Mis mejillas se sonrojan al instante, y la rabia entra en mi. Esta escuchando lo que hago, lo que digo. 
- vete a la mierda, chupasagres, que se que me escuchas.- le digo, aunque esta vez no contesta, tal vez se haya ido.  

Aquí tenéis la tercera entrada de la historia de Lyss. Tal vez tengamos una cuarta, eso espero, aunque puede que no. Si no es hoy, será mañana, cuando también intentaré tener la transcripción de la entrevista con Eduardo Ruiz Sosa.

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