Una nueva era. Lyss 23.

Todo el mundo asiente y obedece a las palabras de la líder, alzan las copas, brindan y beben el delicioso líquido que en ellos se guarda.

- Bien, dicho esto, es hora de que comamos algo. Después, hablaremos sobre como van las cosas.

 

Los platos se fueron sirviendo, con delicadeza. Uno de ensalada, llena de lechuga, tomate, col, zanahoria y un aliño de con aceite, vinagre, sal y piñones. Delicioso. Como segundo, se planta frente a mi uno que lleva un medallón de ternera con adobo de miel y mostaza. Dulce y a la vez ácido, buenísimo.

Corté un trozo de la carne, para poder llevármela a la boca con mayor delicadeza. Desvío la vista hacia Eiliv, que esta delante, y gira la cara. ¡Pillado! Disimulo, como si no hubiera visto nada, la clavo en el plato y abro la boca. La vuelvo a alzar, y puedo ver perfectamente como él la abre al mismo tiempo que yo, como si fuera un bebé al que le dan la papilla.

- Ciérrala o te entraran moscas, no creo que sea eso lo que quieras comer.- le digo justo después de tragar el tierno bocado.

Hace un pequeño ruidito, dando a entender que no ha me ha escuchado, asi que se lo repito.

- Se te colará algo en la boca que no debe. Así que, por tu bien, ciérrala.

Le guiño el ojo derecho, y le saco la lengua, como modo de burla.

- Bah...- dice mientras sigue comiendo. Lo hace con una elegancia y sutileza digna de un príncipe que no hace más que comer placenteros manjares.

Stephen roza mi brazo con el suyo, sacándome del ensimismamiento que llevo encima.

- ¿Hmm? ¿Habías dicho algo?
- No, nada, tranquila. Esta bueno, ¿eh?
- Sí, si que lo esta.- digo, perdida en un limbo que no existe.
- ¿Te ocurre algo, Lyss?
Muevo la cabeza, negando el hecho de que pueda ocurrirme algo.
Observo a toda esa gente, tan felices, cariñosos, llenos de amor, de alegría y dicha. Familias enteras formando un mismo clan, unidos por su sangre y por los simples lazos que han acabado creándose a lo largo del tiempo. Es hermoso. Realmente, temo por ellos, me aterra pensar en que algunos padecerán  en el intento de ver una nueva era.