<<Los cuerpos yacen sobre el
suelo, sin vida, inertes, fríos e inservibles. Muchos de los caídos han perdido
en la batalla pero han ganado la libertad, la paz que tanto ansiaban.
EL profeta los observa, se agacha y toca
la arena, mientras hace un dibujo en ella. Entonces, alza la cabeza y
allí están, los supervivientes, sus hermanos. Frente a él se alzan armados, con
las ganas de seguir que antes no tenían. Aquello que ha hecho que se unan, y
que hará que una vez más luchen por continuar.>>
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